- El rector de la Universidad de Salamanca, Ricardo Rivero; el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán; el alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo, y el presidente de la Fundación Iberdrola España, Fernando García, han asistido a su primer encendido.
- Se ha aplicado la tecnología led más avanzada para lograr un alumbrado que ponga de relieve el retablo, la cúpula de cimborrio, la bóveda y las naves laterales, y que remarque el crucero, consiguiendo una iluminación uniforme que limita la contaminación lumínica.
- El proyecto de renovación consigue mejorar la eficiencia energética un 65%.
La iluminación ornamental interior de la capilla del Colegio Mayor del Arzobispo Fonseca de Salamanca es una muestra más del compromiso de Iberdrola con Castilla y León y de su propósito permanente de promover el valor social de la cultura y la protección y conservación del patrimonio histórico-artístico de la región.
La iluminación ornamental interior cuenta con la tecnología LED más avanzada para resaltar el retablo, la cúpula de cimborrio, la bóveda y las naves laterales.
La compañía está históricamente muy vinculada a esta comunidad autónoma, en la que da servicio a más de un millón y medio de clientes. Cuenta con más de 5.700 megavatios (MW) de potencia, de los cuales prácticamente la totalidad son renovables, a través de parques eólicos como Sierra de Dueña o grandiosas instalaciones como la central hidroeléctrica Aldeadávila, ambos complejos ubicados en la provincia de Salamanca.
A través de su actividad, Iberdrola ejerce un potente efecto tractor en esta tierra, donde cuenta con una plantilla de casi 1.000 profesionales -más de 200 en la provincia salmantina-. Un empuje que también se ve plasmado en la inversión de cerca de 100 millones de euros realizada en esta comunidad el año pasado, las compras a casi 800 proveedores locales por valor de 165 millones de euros y la contribución fiscal de más de 230 millones de euros.
El Colegio Mayor del Arzobispo Fonseca, que pertenece a la Universidad de Salamanca, fue fundado en 1519 por Alonso de Fonseca, arzobispo de Santiago de Compostela, para que los estudiantes gallegos tuvieran un Colegio para estudiar en la Universidad, y declarado Bien de Interés Cultural en 1931. Es un edificio de estilo plateresco, de tipo conventual constituido alrededor de un claustro y en el que destaca la capilla con un excepcional retablo de Alonso de Berruguete. En los trabajos de construcción participaron los arquitectos Diego de Siloé, Gil de Hontañón y Juan de Álava.